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viernes, abril 13, 2012

8 DE ABRIL DE 2012 BIDI- AUTRES DIMENSIONS

 

Original en francés.
Canalizado: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Hedyn Núñez

BIDI-1
8 de Abril de 2012

Y bien, Bidi está en vuestra compañía. Vamos a hacernos compañía y vamos a intercambiar. Tuvieron la ocasión de leer lo que me propongo aportarles. Les pido urgentemente escuchar y oír atentamente. Mi compañía no es un diálogo ni un juego mental sino una ocasión para ustedes, de dejar, hasta cierto punto, Ser más allá del Sí, más allá de vuestra presencia. Este espacio, este tiempo, concierne a todos. A través de una pregunta que les es personal, otros pueden estar en resonancia, en afinidad y en consecuencia encontrar, detrás de las palabras que voy a emplear, un punto particular sobre el cual apoyarse. Lo que les interesará, en esta secuencia de conversaciones, está conectada directamente, más allá del nombre que les di, a la acción de la Luz, a la acción del Absoluto. Mi Presencia no es una presencia sino más que eso porque es también ustedes mismos. Tenemos todo vuestro tiempo para avanzar en la vida. Sean neutros. Sean pacíficos. La neutralidad y vuestra paz son las condiciones (indispensables, suficientes y necesarios) para instalar, si se puede decir, lo que debe instalarse, en ustedes y más allá ustedes, más allá incluso de este espacio y este tiempo. Si no existen preguntas previas y técnicas, vamos pues a poder comenzar.

Pregunta: ¿Cómo liberarse del miedo y tener confianza?

El miedo, como la confianza, depende solamente del ego. La confianza como el miedo no permitirá cruzar nunca. Es necesario reconsiderar el miedo y la confianza como los extremos de una barrera infranqueable, situada, como siempre, en el ego y la persona: porque ninguna confianza como ningún miedo pueden permitir trascender un límite. Es necesario pues que aceptes deponer tus miedos, como depositar tu confianza. Hay por lo tanto una invitación para colocarte más allá del miedo ya que si tú te sitúas en el momento, pacífico, sin preguntas, el miedo no puede aparecer. El miedo es sinónimo de desconocido, para la persona. El miedo representa, hasta cierto punto, el elemento de resistencia, el marco mismo dónde se inscribe toda persona, todo ego, todo individuo. El miedo atraviesa. Como emoción, como pensamiento, no es más que resultante, en definitiva, de tu propio pasado. Reflexionando: no hay ningún substrato, ninguna causa, en el momento presente, al miedo. Así como no hay ninguna razón y ninguna lógica para establecer cualquier confianza, a partir del momento en que está allí, y no en un momento antes y aún menos en un momento después. Estar tranquilo, es eso. No es ni plantearse la cuestión de los miedos, ni plantearse la cuestión de la confianza. Es instalarse en la eternidad porque el miedo como la confianza se inscribe, de manera definitiva, en lo que es lineal. El Absoluto no conoce lo lineal. Es precisamente transcendencia total del espacio tiempo (tal como se conoce).

En resumen, dejar el mental por lo que es, sus funciones y sus utilidades, mirándolo en esos momentos: y te será entonces muy fácil de verlo actuar y entender en esos momentos ordinarios que no eres tu quien actúa. Pero si tu actúas a la inversa (es decir esperar los momentos llamados interiores para oponerte frontalmente a tu propio mental) tu perderás siempre la batalla, porque es una batalla y la paz no puede acomodarse a ninguna batalla. Colócate ahí y tú constataras entonces que el mental permanece en su lugar y en sus funciones.

Pregunta: A menudo el mental me aparta hacia pensamientos para combatir la injusticia, o ver el costado negativo de los acontecimientos. A veces tengo la impresión de que nada se mueve, si el sentir vibratorio es cierto. ¿Cómo trascender estos procesos o estas resistencias?

El juicio está inscrito en el mental. El mental está hecho para discriminar, para pesar y sopesar el bien y el mal. Está hecho para actuar en este mundo. Mientras te consideres en este mundo, (y no solamente sobre este mundo) tu mental será parte involucrada en tus experiencias. La cultura, la educación, las enseñanzas han sido siempre armadas, en esta dualidad. Incluso la moral misma, lo afectivo, y el conjunto de las leyes observables y utilizables en este mundo, bien también de ahí. Hay una parte de ti que es la totalidad pero que tu ego no puede reconocer. Esta parte de ti, que te es desconocida, Llamado Absoluto o Último, no se te puede aparecer (ya que el ya está ahí) si el aspecto discursivo de tu mental está presente. El es, de alguna manera quién vela de manera opaca, la verdad, la verdad más allá del aspecto discursivo. Eso en ti tiene una necesidad de seguridad, una necesidad de estar seguro, pero quién dicta eso, sino el ego o la persona. No hay por qué trabajar, propiamente hablando sobre la causa o el porqué de esa necesidad de estar seguro, ya que o que tú Eres está más allá del hecho de estar tranquilo o de comprender. El conocimiento, en definitiva, no es más que una ignorancia, de eso que tú Eres.

Acepta de ser ignorante, acepta de no tener necesidad de estar seguro ni de comprender, y así pasarás innegablemente de la ignorancia al conocimiento real que no tiene necesidad de ningún aspecto discursivo, ni ninguna necesidad de estar seguro, ni siquiera comprender. La mirada, de los ojos, te lleva siempre a esta voluntad de comprender y de poner en acción al mental y por lo tanto juzgar. En definitiva, si tú ves claramente, ningún juicio podrá aportarte la paz y a que todo juzgamiento, atrae irremediablemente a otro juzgamiento: toda mirada, discriminante, llama a perseguir a quién es discriminante y por lo tanto dualista. Acepta mirar eso, no para encontrar un origen o una compensación, ya que ni el origen ni la compensación te darán a trascender, ni a sobrepasar ese principio. El mental debe servir para vivir y actuar en las actividades normales de ese mundo. Pero desde el instante que no se trata más de este mundo, sino del Absoluto que tú Eres, yo no es para ti de ningún auxilio, de ningún recurso, de ninguna utilidad. La dificultar reside, aparentemente, de pasar del uno al otro, tienes que considerar y reconsiderar que, en la vida ordinaria, el mental actúa por sí mismo con relación a tus experiencia pasadas, a tu historia. Entonces, ahí también podemos decir que tu propio mental actúa por sí mismo, también en los actos cotidianos. El no tiene necesidad, propiamente hablando, de ti. Déjalo actuar, déjalo de alguna manera expresarse en los momentos ordinarios.

Así si le aflojas las riendas, si tú te contentas con observarlo y de dejarlo actuar, te será mucho más fácil, en los momentos unitarios, de no dejarlo interferir con lo que tú Eres. Sírvete por lo tanto de este aspecto discursivo, comparativo y habitual del mental observándolo, en los momentos ordinarios de la vida y no, queriendo cazarlo en los momentos Interiores ya que no podrás jamás, cazarlo. Puedes, simplemente y fácilmente, tomar conciencia de su actividad (que tampoco es la tuya) en los momentos más ordinarios de la vida. Porque esos momentos ordinarios conciernen efectivamente, sólo al mental y no tienen en absoluto necesidad de ti para ser eficaces y eficientes. Adopta eso, verifica la veracidad y sobre todo la eficacia y verás entonces rápidamente que en los momentos Interiores o definidos como tal, el pensamiento y el juicio no pueden alterar, de ninguna manera, eso a lo que tú accedes en tu experiencia en ese momento. No puedes oponerte sin reforzar (sobre todo en esos momentos Interiores) a tu mental. El es eso que es. Tu historia es eso que él es. Pero tú no Eres ni lo uno ni lo otro. En resumen, deja el mental en lo que él es, en sus funciones, en sus utilidades, míralo ahí en esos momentos ordinarios: te será muy fácil verlo actuar y entender, entonces que no eres tu quien actúa. Pero si tú haces a la inversa (es decir esperar los momentos Interiores para oponerte frontalmente a tu propio mental0) perderás siempre la batalla, porque es una batalla y la paz no puede acomodarse a ninguna batalla. Colócate así y tú constataras que el mental permanece en su lugar y en sus funciones.

Pregunta: ¿Qué es lo que la parte mía que no conozco tiene para decirme, en el momento presente, que me ayude a ir hacia este Absoluto?

Comprende que no hay que ir hacia. Porque, a partir del momento en que tu preguntas si debe ir hacia, ya pones una distancia que no existe. Esta parte que no conoces no tiene nada que decirte en lo que conoces, ya que ella no te sería desconocida, sino tú serías el Absoluto. Debes aceptar que lo que te es desconocido nada tiene a decirte en tu conocido. Y que no puede aparecerse, revelarse, no como un lugar dónde es necesario ir, ni como un esfuerzo, sino desde el momento en que haces callar todo lo que conoces. Elimina todo lo que conoces. Rechaza todo lo que es efímero. ¿Y, en primer lugar, qué es lo que es transitorio? Tu propia vida, el pasado cualquiera que sea, tus emociones cualesquiera que sean porque se inscriben sistemáticamente en la ley de la dualidad (acción/reacción, sin final), sin por lo tanto ser eternas puesto que, por definición, estas emociones cambian en función de lo que te es dado a vivir, ver y a sentir. Lo que te es desconocido no puede ni vivirse, ni sentirse, en tu conocido. No hay pues posibilidad de hacer entrar lo desconocido en el seno de lo conocido. Debes pues salir de tu conocido, no como un rechazo, no como una negación, sino simplemente aceptando que no eres nada estrictamente de lo que conoces. El verdadero conocimiento es independiente de lo conocido.

Eso que el ego interpreta como conocimiento es una estafa porque eso no es nunca durable, porque eso es resultante generalmente de creencias, transportadas por otras historias y otras experiencias que no tienen estrictamente nada que ver contigo y a las cuales tú has dado crédito. No es porque Buda existió que tu vives Buda. Tu habrás leído bien todo, habrás comprendido bien todo, asimilarlo todo, pero no puedes reproducirlo porque eso es resultante de creencias. Debes pues, real y objetivamente, matar todas tus creencias porque no eres esas creencias. No puedes, de ninguna manera, ir hacia lo desconocido con cualquier creencia, con cualquier conocimiento, con cualquier historia. Y eso no puede efectivamente producirse porque no hay ninguna parte donde ir, ni hay desplazamiento. Mientras creas buscar el Absoluto, el no te encontrará jamás, porque él ha estado siempre ahí. Y en consecuencia creer que vas a ir a alguna parte es una estafa de tu propio mental. Mismo el Sí, no eres tú, en el Absoluto. Desde el punto de vista del Absoluto, el ego, la persona, entonces, eso es una superchería, una simple proyección, una ilusión, un juego estúpido y estéril. No hay evolución: solo el ego lo cree, solo el Si puede tenerlo en perspectiva.

El Absoluto no se plantea esta clase de cuestión. Es imposible que haya cualquier evolución. Hay, ciertamente, transformaciones. Puede ciertamente haber mejoras. Y el ego se deleita. Porque estaba mal la víspera, está mejor el día siguiente, porque comprendió la causa y el origen de un sufrimiento, la causa y el origen de una enfermedad, de un desequilibrio, él da pues la impresión de avanzar. Da pues la impresión de mejorarse, pero es una trampa porque en ningún momento te permitirá salir de eso que te hace creer. Es imposible. Lo Desconocido, el Último, no es nada conocido, no es ningún tiempo, ningún espacio. De tu punto de vista, eso es la nada. Pero desde el punto de vista del Absoluto, la nada eres tú y no otra cosa. Cuando tú cierras los ojos, el mundo desaparece. Cuando duermes, el mundo en el cual vives desaparece también. Solo la creencia, por experiencia, de creer que vas a despertar al día siguiente hace que duermas sin inquietud. ¿Y por lo tanto que puede garantizarte que vas a salir? ¿Y con todo te haces alguna pregunta? No hay nada que desplazar si no es tu mirada. No hay ninguna parte donde ir porque ya estás ahí. No hay ningún esfuerzo a proporcionar, todo lo contrario. El ego, la persona es un esfuerzo permanente, a través de los sentidos, a través de las emociones, a través de tu historia y de tu mental, que actúa permanentemente, de manera más o menos fuerte, para que no tomes nunca conciencia de su medida. El que no tomes nunca conciencia de su medida y de sus límites, hace que permanezcas en la prisión y no encuentres jamás al Absoluto, que no es a encontrar porque no eres tu quien lo busca, sino que es él quien te encuentra, desde el momento en que tu sales de todo conocido, de toda referencia y todo ilusorio conocimiento, que no en mas que una estafa.

Pregunta: ¿Como vivir mejor en la alegría y la simplicidad?

La alegría y la simplicidad forman parte de tu Esencia y de tu naturaleza. No hay tampoco que cultivarla porque esta alegría está presente. Sólo la distancia y la ignorancia que pones, pueden representar lo que vives como una ausencia de alegría. No hay nada más simple del Absoluto. Lo que es complicado es el mental y el ego porque construyen, permanentemente estrategias, construyen, permanentemente conductas, normas, marcos y limites que deben observarse, (cualesquiera que sean estos marcos y estos límites). Intentan construirse una simplicidad, preservándose de la complejidad de este mundo, creyendo conocerlo, creyendo probarlo. Pero absolutamente nada de este mundo es absoluto y por lo tanto tú eres Absoluto. La alegría se deriva del Éxtasis. La alegría es la manifestación del Sí del Samadhi. La simplicidad está también presente en el Samadhi. Eso te permite acercar y vivir, por experiencia y por momentos, la no separación. Pero tú permaneces inscrito en la separación y en consecuencia la simplicidad y la alegría parecen partir. No es ni la alegría ni la simplicidad que se van, sino que eres tú quien se va de ti mismo. La alegría y la simplicidad han estado siempre allí. El único movimiento ese del ego, el único movimiento ese del mental y de las emociones que se desarrollan y se suceden en un tiempo lineal. No hay pues nada que cultivar, no hay pues nada que buscar que no esté ya ahí, porque, si hablas de la alegría que debe cultivarse, ya consideras la no alegría y sin embargo la otra extremidad está presente en ti. Y no hay extremidad. Considera que la alegría no puede ser una experiencia situada entre dos períodos de no alegría, sino que es un estado que se deriva directamente de lo que tú Eres y todo cambiará para ti.

En cuanto a la simplicidad, consiste simplemente en estar en paz, no dar cuerpo a nada, no alimentar lo que sea. El Sí y el Absoluto son una transcendencia total, de lo que llamas alegría y simplicidad porque el Absoluto no puede siquiera hacer referencia (mismo si él es simple) a algo que sería complicado y de una alegría que implicaría una no alegría. Por lo tanto esta alegría está más allá de toda alegría: es para por eso que es más sabio llamarla éxtasis o intase. El ego te retendrá siempre en esta dualidad de concepto y experiencia. Mantiene pues la linealidad. El Absoluto es la salida de la linealidad. El Absoluto es tu naturaleza, tu esencia. No hay pues que buscar o cultivar cualquier alegría, cualquier simplicidad ya que si llegas a permanecer completamente en la escucha y a oír, más allá de todo tiempo, a partir de este momento, el Absoluto estará allí porque viene a ti. Querer la alegría, querer la simplicidad, ya es considerar que no está presente. Ahora bien, tu eres la alegría y eres la simplicidad. La distancia se deriva simplemente de tu historia y tus experiencias pasadas donde el pesar y el deseo se disputan en ti para ocupar el frente de tu escenario. Pero eso no es una escena, sólo es una representación, una proyección, que no tiene ninguna sustancia ni incluso la menor realidad. Esto debe descubrirse por ti mismo porque nadie puede decírtelo, nadie puede hacértelo vivir: no hay nadie más que tú y solo tú que puede actualizarlo. En definitiva, deja este cuerpo vivir, deja a tus pensamientos vivir, déjalos trabajar. ¿Es que tú te preguntas cuándo comes un alimento de saber si va a hacer bien lo que tiene que hacer? No: eso se hace. Actúa de la misma forma para lo que consideres tener que hacer en esta vida. No te impliques, sino hazlo. Obsérvate actuar y después hazte la pregunta de quien observa. ¿Es que eres este cuerpo que absorbe un alimento? ¿Es que tú eres este mental que se plantea la cuestión del efecto del alimento? ¿O es que tú eres otra cosa? Elimine también lo que es del orden de una dinámica efímera (como comer, como dormir). Elimine también lo que es del orden de la práctica (lavarse en la mañana, incluso si es necesario hacerlo): tú no eres nada de todo eso. Entonces te aparecerá, de manera fulminando o progresiva, lo que tú Eres. Ser el no ser. El Absoluto no es ni un querer, ni un objetivo, ni un camino. Es exactamente la vida que corre, y que tú participas o no, que tú estés o no. Conviértase pues en la Vida, y el Absoluto te aparecerá porque, siempre ha estado ahí.

Pregunta: ¿Las relaciones o comportamientos impregnados de dualidad sobre este plan pueden constituir un freno a la realización del Absoluto?

En primer lugar, no puede existir ninguna Realización al Absoluto. La Realización concierne al ego y al Sí, pero nunca al Absoluto. Ninguna manifestación dualista puede contrariar, frenar o bloquear, el Absoluto. Tú comes. Toda la fisiología de este cuerpo está basada en la dualidad. Toda la fisiología de las emociones y del mental está basada sobre la dualidad. Ningún elemento de este cuerpo o de sus envolturas sutiles puede alterar, de ninguna manera, lo que Es. Pensar y concebir que haya una tarea a realizar, un camino que debe hacerse, un yoga que debe practicarse, sale de la personalidad y del ego, nunca del Absoluto. Los yogas, cualesquiera que sean, les conducen al Sí que debe eventualmente realizarse. Pero el Absoluto no será nunca una Realización sino la Liberación de todo yoga y de toda dualidad. Lo que no consiste en negar la dualidad mientras esta forma (este cuerpo), esta persona, está presente en esta ilusión. Se trata pues de una transcendencia y de ninguna manera puede tratarse de una transformación. Creerlo es una estafa del ego.

Tú no puedes transformar lo que es limitado y creer que la imperfección va a convertirse en perfecta. La perfección no es de este cuerpo, ni de este mental, ni de tu propia vida. Ella es el Absoluto. Considerar que algo puede alterar o impedir el Absoluto es una mascarada. Es el ego mismo que juega a creer que él va a ser mejor mañana. ¿Lo será quizá, lo será ciertamente, pero qué va a ganar? Al mejorar la salud, al mejorar la respiración, al mejorar las angustias, hay una búsqueda distraída de un mejor ser o de un bienestar pero ningún mejor ser y ningún bienestar te hará descubrir el no Ser. Te alejará también seguramente que del mal ser. Son estrategias, elaboradas por el ego, para hacerte creer que hay algo que buscar, algo a mejorar, algo a practicar que va a hacerte acercar más, pero en definitiva, tú te alejas. Por supuesto, a la persona (el ego) va a satisfacerle sufrir menos, vivir mejor y mucho más tiempo o de manera diferente, pero eso no sirve estrictamente de nada. Eso no quiere decir poner fin a la ilusión es fácil, sino estar consciente y lúcido de lo que es: exactamente una ocupación, una derivación. Entonces, ocupa si quieres tu mental y tu cuerpo pero acepta el principio de superchería e ilusión. Alimenta este cuerpo cuando tiene hambre, dale a beber cuando tiene sed. No volveré a la idea de rechazar el hambre y la sed, sin embargo, satisfacer el hambre y la sed ¿deja al Absoluto aparecer? Lo mismo ocurre con el mental. Puedes alimentarlo de todas las maneras, puedes darle a leer y en consecuencia regarse de todo conocimiento, no hará más que reforzar tu propia ignorancia del Absoluto. Sólo el juego del ego y del mental, de manera sempiterna e incesante, quiere hacerte creer que vas a llegar. Por puesto que no hay a ninguna parte donde llegar. Y si hubiera un destino donde llegar, eso significara simplemente el final del ego. ¿Conócete tú un ego que quiera morir por sí mismo, si no es por la puerta de la muerte? El Absoluto no se ocupa en absoluto de este cuerpo, en absoluto de tus búsquedas, en absoluto de lo que crees o esperas. No tiene nada que hacer, de tus propias gesticulaciones. Sólo son movimientos que no aportan nada a la paz y a la inmovilidad. Esas son, realmente, gesticulaciones que van simplemente a atraer la conciencia. El Absoluto no tiene nada que hacer de todo eso: él está instalado rio arriba, rio abajo, por todas partes, más allá de todo espacio, de toda eternidad.

No hay nada peor que creer que van a liberarte porque buscas la Liberación. Porque en definitiva, estas liberado, desde la eternidad, pero simplemente no lo sabes. No hay pues, que rechazar lo que sea, sino a superar todos estos aspectos que no son más que velos y máscaras colocadas sobre el Absoluto. Es necesario pues cesar toda proyección de lo que sea. A partir de este momento, entonces el Absoluto te aparecerá. Pero es necesario dejar la vanidad de creer que hay algo que buscar, algo a realizar incluso algo a liberar. Si haces callar todas estas vanidades, entonces el no Ser sería la única posibilidad. Recuerda que eres efímero en lo que crees, que eso sea pensamientos que pasan, o incluso este cuerpo que nació y que retornará a la tierra. ¿Es que eres este cuerpo? ¿Es que eres lo efímero? ¿Eres lo que buscas? ¿Eres tus prácticas? ¿En definitiva, que es lo que lo que eres? Si eres capaz de vivir lo que eras antes de ser este cuerpo (más allá de todo cuerpo de cualquier vida pasada que pertenece a la personalidad, de manera irremediable), instantáneamente, el Absoluto estaría allí porque ahí ha estado siempre. No puedes apropiarte de lo que sea, porque tú eres eso. No puede poseer lo que Eres. Es lo que el ego que te hace creer eso.

Pregunta: A menudo he deseado que después de la muerte no haya nada. ¿Hay una diferencia entre la nada y el Absoluto?

El que desea, después de la muerte, es el ego obviamente. La mejor imagen y la mejor representación que pueda sugerir del ego, del Absoluto, es por supuesto, la nada. El Absoluto no es, por supuesto, ninguna nada pero es, también, la Nada. El Absoluto, después del final de esta forma, es la vuelta a no forma, más allá de toda memoria, más allá de toda experiencia, en toda forma, incluso si puede persistir una forma, no teniendo ya nada que ver con una forma de este mundo. El Absoluto es el Todo y la Nada. Lo sin forma (o el fin de la vida aquí) poniendo fin de alguna manera al complejo inferior, ego-personalidad (envolturas físicas y sutiles), sin embargo lugar (ubicado hasta el presente) del Ser, del otro lado de la pieza. Pero ha sido la misma pieza pero en ningún caso la nada. Por lo tanto en ningún caso el Absoluto. La forma desaparece porque ella es efímera. La personalidad desaparece porque ella es efímera. Si algo vuelve, es algo no inscrito, en ninguna forma ni personalidad. Hoy en el sentido de vuestro tiempo, no hay nada que no deba volver o alejarse del Absoluto. En definitiva, la nada (que ella sea rechazada o deseada con terror y miedo) es efectivamente el Absoluto, para el ego, para la persona, para el mental. Considerar su propio fin, como efímero, puede llenar de terror o de paz, pero un caso como en el otro, se representa la muerte como la nada, no permitiendo vivir el Absoluto, ya sea manteniendo esta forma o no, ya que la nada permanece, en este caso (y permanecerá siempre) como un conocimiento. Un conocimiento no tiene ningún peso. Un conocimiento es una justificación de la ausencia misma, de la experiencia. Ninguna creencia pueda remplazar la experiencia. Ninguna historia puede inscribirse en el instante. Le creencia les hace creer que el instante o el momento siguiente o en el momento pasado, pero ella no es el presente. El ego no ha sido hecho para conocer la nada, porque él desaparece, aun menos el Absoluto, porque él no puede reconocerse ni reconocer. El Absoluto no puede ser, como la nada, un deseo, porque ustedes no pueden desear, en definitiva, eso que Son realmente, y que ya está ahí. Es el ego que cree que el va a decidir. En un momento ulterior, llamado muerte, la nada ya está ahí para el ego. Rechazar verlo, es rechazar al Absoluto. Dejarlo para mañana, es decirle que él es imposible, es una forma de negación del Absoluto. El ego busca, también a su manera, de rechazar lo que le es desconocido, de negarlo, y diría que esa es una buena guerra.

Si siguen estando tranquilos y en paz, si están más allá del que observa, si están más allá del testigo, más allá de todo concepto, más allá de todo precepto, más allá de todo consciente o inconsciente, si salen de toda referencia, toda proyección, todo sentido de la anticipación, entonces ustedes dejan el lugar a la Verdad, al Absoluto. No pueden reflexionar sobre el Absoluto. No puedes plantearte la cuestión de la nada, simplemente probar el vértigo o la plenitud (es según) pero lo que pruebas, en ese momento, no puede validarse ni siquiera puede ser una prueba. La única prueba del Absoluto es el Éxtasis y, en preliminar, su testigo: la Onda de Vida. Nada puede estar de más. Y nada puede estar de menos. No hay misterio en el Absoluto, solamente el ego lo cree y tiende a hacerlo vivir porque el ego no puede representarse lo que, efectivamente, no tiene ninguna representación. Entonces, la palabra puede aparecer como un mal menor, seductor o temible. Pero eso permanece como un mal menor.

Pregunta: ¿Este estado, latente al cual hicieron alusión, como apoyo del Absoluto, como una sensación de no tener que hacer nada, sin tener en cuenta lo que vive la personalidad? ¿Y que la Alegría profunda y la Belleza que anima entonces, son una Verdad a la cual uno puede colgarse?

El Absoluto no puede colgarse en ninguna parte: es necesario pues descolgarte. Mientras estés colgado a tu propia Alegría, tú pones tu propio límite al Absoluto y en consecuencia, no puedes vivirlo. No puedes permanecer atado o colgado a alguna cosa. Toda atadura es un freno. Incluso si existen capas sucesivas que permitiendo y dando la Ilusión de subir alguna cosa, este es un momento en que incluso eso debe abandonarse. ¿Cómo puedes tu vivir el Absoluto mientras no abandones el Sí y su Alegría? Es efectivamente mucho más fácil y más seductor vivir la Alegría, y numerosas estructuras que se expresaron, los han invitado (El Cónclave Arcangélico, la Asamblea de los Ancianos, de las Estrellas…) porque la Alegría es un alivio y un consuelo que puede considerarse como benéfico. Y eso lo es, contrario a la gravedad y a la densidad. Pero reducirse no basta para hacer desaparecer la proyección, en la Ilusión. Es por lo tanto un momento (o un tiempo, si prefieres), para no aceptar de estar atado. No puede ser concebible, ni aceptable, sino el hecho de vivir la Alegría, de manera continua, pueda permitirte, un día, se ser Absoluto. Como las estructuras que se expresaron lo dijeron: eso les libera. Pero liberase no es necesariamente e implícitamente vivir la Liberación implícitamente. La problemática del Absoluto, contrariamente a la Realización, es que eso no puede ser en ningún caso una nueva Conciencia o incluso un salto de Conciencia. No hay posibilidad porque no hay puente entre la Realización y el Absoluto. El Absoluto es (precisamente y al contrario) la desaparición en la creencia de todo puente, o de toda posibilidad, o de toda Verdad a la cual permanecer colgado. Es necesario realmente no estar ya colgado. Aceptar, de abandonarse a la Fuente de sí mismo, sin conocerla. Lo abandonar el Sí, que se conoce, a través de la Alegría y la Belleza.

El Absoluto y el Último nunca ha sido, no será jamás, otra cosa lo que es Verdadero y que lo Es, desde la Eternidad porque no es efímero. La Alegría a la cual pretendes estar colgado desaparecerá en cuanto la forma desaparezca. Eso no puede por lo tanto ser eterno ni durable, incluso si eso está instalado de manera que les parece durable. Hay en Verdad, que descolgarse de todo conocido, sin ninguna excepción. Desde el instante que aparece alguna cosa como conocida, no puede ser Absoluto. Loa limites representando los miedos, los obstáculos, no les son de ninguna utilidad, ni de ninguna asistencia (y de ninguna manera) para que el Absoluto los encuentre. En definitiva, el mecanismo latente es lo que da a percibir la existencia de un tiempo y eso que da a percibir es existencia de un futuro. Pero el Absoluto no tiene ni pasad, ni presente, ni futuro. El está más allá del Ser. Él es eso. Y tú eres eso. No hay ningún esfuerzo a agregar. No hay ninguna voluntad a demostrar. No puedes permanecer colgado, ni ser tributario de una Verdad relativa, ya que toda Verdad, incluso relativa, no es lo Verdadero, es solo una etapa. El Absoluto no es una etapa. Si tú rechazas eso, si no aceptas la incidencia, entonces el Absoluto te encontrará. Recuerda, que no puedes atarte ni buscar.

Pregunta: ¿Si se hizo un proyecto antes del Paso en el Absoluto, este proyecto puede mantenerse o desaparece? ¿El Absoluto haría desaparecer el proyecto de una forma que está en vida?

En ningún caso. Pero aunque este proyecto vendría a desaparecer, no es una acción de la personalidad y, obviamente, aún menos una acción del Absoluto. El Absoluto no interfiere y no modifica las circunstancias de este mundo. No obstante, la Liberación por el Absoluto hace mover el conjunto del Universo, el conjunto de los Mundos. Lo relativo de un proyecto, cualquiera que sea (que eso sea un proyecto de vida, o un proyecto de negocios), se desarrollará o no se desarrollará. El Absoluto no está ahí para nada. El cambio de mirada sobre el proyecto y sobre la forma no requiere obligatoriamente la desaparición del proyecto o vuestra forma. Pero eso no tiene ninguna importancia puesto que no son ya este proyecto, y ustedes no son ya esta forma. Que continúen soportando el proyecto, como llevando esta forma (ya que es un peso), eso no cambia de ningún modo lo Verdadero. El Absoluto no concierne lo limitado pero engloba lo limitado. El limitado no tiene ningún puente ni ninguna continuidad con el Absoluto. El Absoluto lo engloba. No hay que plantearse la cuestión de este cuerpo, como de toda relación. No hay ninguna razón válida, objetiva o lógica, para que el Absoluto decida o quiera alguna cosa. Por el contrario, lo relativo inscrito en una forma (ego, persona) puede verse obligado a reposicionarse porque el Absoluto hace efectivamente cambiar de mirada. Pero eso no es ni obligatorio ni una obligación, aunque eso puede producirse.

El Absoluto, vivido e inscrito en una forma, sigue haciendo vivir esta forma. No hay oposición o de antagonismo. Hay solamente la evidencia del Absoluto, el final del cuestionamiento sobre el sentido y el porqué. Pero esta forma relativa continúa a evolucionar o siempre es lo que ella cree. El Absoluto puede poner fin a las ilusiones, pero no a la ilusión de este cuerpo, no siempre, pero eso no tiene ya ninguna especie de importancia porque el que es liberado Viviente no puede ya ser llevado hacia la muerte, o hacia cualquier ilusión, hacia cualquier juego. Todo eso es trascendido, verificado y verificable, a cada minuto, a cada respiración. Que este cuerpo permanece o que este cuerpo desaparezca, el desidentificación es total con el cuerpo, sin que haya una liberación de este cuerpo. Todo puede parecer similar y con todo, todo es diferente, no simplemente transformado sino, realmente, trascendido. Hay un antes y un después del punto de oscilación en el Absoluto, para la persona. Este antes y este después pueden ser idénticos o radicalmente diferentes. Eso no tiene ninguna incidencia y ninguna repercusión. Ser Liberado Vivo, es actuar libremente y en Libertad, es ya no ser tributario de cualquier moral, de cualquier sociedad, de cualquier relación. Se les libera, pudiendo al mismo tiempo seguir estando en este mundo, pero simplemente, ustedes saben que no ya están. Lo consideran como un juego y es un juego. Descubrieron la mascarada. Descubrieron la estafa. Han sido liberados Vivos y no pueden estar, por otra parte, sino Vivos. Lo que cambia y que debe cambiar no es función de un deseo de la personalidad ni de cualquier transgresión, sino el efecto directo de la transcendencia. Las relaciones, la localización con relación al otro, con relación al mundo, con relación a la sociedad y a la moral, no serán más las mismas, porque se convirtieron en el testimonio vivo del Absoluto ya que están desacondicionados, incluso estando presentes en algunas condiciones. Allí está la Verdad.

Pregunta ¿Puede indicar lo que permite, desde allí donde estoy, el punto de oscilación que mencionó?

No está ya en ninguna parte. No busques más referencias. Acéptalo. No hay nada que buscar, sólo hay ningún lugar mejor que otro. Creer y esperar que un lugar sea mejor, te coloca en la perspectiva lineal de la persona y de la personalidad. No puedes acercarte en ningún caso de lo que ya eres, porque eso está ya allí. Pues este punto de oscilación depende de ningún otro, sino de ti. Pero no de ti en una acción o en un deseo, sino en la ausencia total de ideal, en la ausencia total de búsqueda. Se trata de una capitulación y de una rendición total de todo lo que crees ser, de todo lo que tú manifiestas. Eso fue llamado, algunos intervinientes, en ciertas estructuras: la Crucifixión. De la misma forma que no es necesario colgarse a una verdad cualquiera, no hay opinión, de mejor punto de oscilación que otro. Hay exactamente que refutar todo lo que crees ser. Mientras haya en ti, un apego en pro de tu propia persona, forma o envoltura sutil, esta atadura te ata (seguramente más que una cuerda) a la persona, a la personalidad o al Sí. No hay ningún trofeo de caza o guerra que deba lucirse. Precisamente, es necesario descolgarse de todo lo que se tiene, hacer el vacío sin plantearse cuestiones: una forma de aceptación de la nada, una forma de aceptación de que no hay sobre todo una medalla o una recompensa. Y aún menos un espíritu que debe conquistarse o liberarse. Debe pues estarte Presente, entera y enteramente, a la Vida, sin actividad, sin acción, sin pretensión. Exactamente colocarse allí donde todavía ha sido: en el no ser. Hacer cesar el yo de una persona, de una forma, de una voluntad o de una medalla. No hay nada que ganar. No hay nada que conquistar. El hecho de ganar y conquistar pertenece a la personalidad que quiere poseer y tener. El Absoluto es una restitución de todos tus haberes, de todas tus medallas, de todas tus voluntades, incluso los la más precisada o más espirituales. Porque en definitiva, todo eso sólo representa un fraude que no tiene ninguna consistencia, ni ninguna sustancia. Jugar Verdadero es aceptar ya no jugar. Simplemente colocarse, recibir, escuchar lo que viene entonces, que nunca no ha ido. Así es el Absoluto. Hacer el Silencio (y no solamente afuera) de las actividades, cualquiera que sean, de expresiones (corporales, visuales, sexuales o verbales), pero bien más, el Silencio Interior de la inmovilidad, de la no voluntad y de la no volición. Dejando todo el lugar, porque no hay lugar definido. Dejando todo el espacio porque no hay espacio al Ilimitado. Aceptado y acoge lo que es y no lo que quiere. No hay nada a ganar. Y no hay nada a conquistar. El hecho de ganar o de conquistar pertenece a la personalidad que quiere poseer y tener. Y aún menos un espíritu que debe conquistarse o liberarse. El Absoluto es una restitución de todas las posesiones, de todas las medallas y de todas tus voluntades, incluso las más finas y las más espirituales. Porque en definitiva todo eso representa un fraude y no tiene ninguna consistencia, ni ninguna substancia. Jugar Verdad es aceptar no es jugar. Simplemente colocarse, recibir, escuchar a ese que viene, quien jamás ha partido. Así es el Absoluto. Hacer silencio (y no solamente exteriormente) de las actividades, sin importar las que sean, expresiones (corporales, sexuales, visuales o verbales) más bien el silencio Interior y la Inmovilidad y la no voluntad, y la no volición. Dejando todo lugar, porque no hay lugar definido. Dejando todo el espacio, porque no hay espacio para lo Ilimitado. Acepta y acoge eso que Es y no lo que tú quieres. El Si es todavía un deseo, colmado por la realización. El Absoluto, es un no deseo, por la Liberación. No hay nada a manifestar, nada a crear, ni nada a emprender, porque ya todo Es.

Pregunta: ¿Más allá del punto de oscilación, la conciencia se convierte en la Conciencia de ser el Todo ello o la conciencia desaparece?

La conciencia desaparece, enteramente. Los cuatro Estados de la conciencia no tienen ningún sentido, ni ninguna legitimidad, en el Absoluto. No puede existir una solución, allí tampoco, de continuidad, entre la conciencia y la no conciencia. La conciencia está irremediablemente vinculada a la observación, y a la proyección (que esta proyección sea separada o no separada, es decir, en el ego o en el Sí). La ausencia de separación no es el Absoluto, puesto que el Absoluto no puede ser comprendido, de ninguna manera, por la conciencia misma. El único testigo que la Conciencia puede tener es lo que se llamó la Onda de Vida. Pero, incluso, en un momento dado, debe existir una forma de toma de distancia de eso. Esta toma de distancia no es una distancia, al sentido alejamiento, sino una toma de distancia del propio testigo con relación a lo que es vivido y observado. La aniquilación de la persona, de la forma, de las percepciones de esta forma, va a inscribir la conciencia en un punto de oscilación que desembocará, en la nulidad (para la personalidad) y (del punto de vista no personal) sobre el Absoluto.

La Onda de Vida, vivida entonces como experiencia (con sus consecuencias y sus implicaciones), hará de ustedes una Onda de Vida, suprimiendo la distancia y poniéndoles en distancia. Allí es el Absoluto. No pueden existir otros testigos u otros marcadores sino éste. La Onda salir de toda proyección, a tal punto que experimentan (no por proyección) toda otra forma, cualquier otra conciencia, la que sea, en algún reino que sea. Eso no quiere decir que van a vivirlo en permanencia, pero eso forma parte de lo posible, demostrando lo Verdadero y la Verdad del Absoluto. Pasar en lo Ilimitado los vuelve, efectiva y concretamente, Ilimitados. Y aún más Ilimitado y sin límite de ninguna forma, así sea la vuestra (la cual son, de manera efímera. La Onda de Vida, como testigo y marcador, llama también, en un momento dado, de vuestra parte, una forma de identificación y renuncia a ustedes mismos, dándoles a vivir la Vida, más allá de toda forma y en cualquier forma, incluso si es más fácil, en un primer tiempo, vivir eso con una forma que les es conocida o que se les conoce, sobre este mundo o en otra parte, poniendo fin a la separación, poniendo fin a la ignorancia, haciendo ustedes uno Liberado Viviente. Este Liberado Viviente no tendrá nada que reivindicar, no tendrá nada que explicar, no tendrá nada que justificar, porque el Es. Tendrá solamente que testimoniar, sin quererlo, sin voluntad deliberada, porque eso Es y hace parte de la Vida. El es el testigo, y es el mensajero, más allá de todo rol y de toda función.

No tenemos más preguntas, le damos las gracias.

Yo les agradezco, entonces, para nosotros, entre tuyo y mío. Ciertamente hasta pronto, según la fórmula consagrada.

Nota. En su intervención del 29 de Marzo 2012 BIDI presenta sus modalidades de intervención.