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miércoles, diciembre 14, 2011

ARCÁNGEL RAFAEL 10 de Diciembre de 2011 con audio


Audio

Soy RAFAEL, Arcángel. Seres humanos en la carne, les ruego honrar la Gracia de nuestra Presencia común. En el Cónclave, mi papel es discreto, pero el tiempo que viven, llega a un aspecto muy crucial. Se me ha considerado a menudo como el Arcángel de la Curación. Soy el Arcángel que se tomó, generalmente en relación con la Curación. En el tiempo que deben vivir, mi Vibración es la que se inscribe en la consecuencia lógica del Paso de la Puerta Estrecha, conduciéndoles a establecer la Conciencia del ego en el Corazón, de lo limitado a lo Ilimitado. Participo, en la Alquimia, en el proceso llamado por el Arcángel JOFIEL, la Obra al Rojo. Y vengo también, en este tiempo particular que tienen que vivir, para permitir la etapa última de la Obra al Blanco. Dejaré al Arcángel JOFIEL expresarles una serie de elementos, concernientes al Conocimiento, y este concepto de Obra al Rojo y de Obra al Blanco.

En este tiempo particular, donde vuestro tiempo individual y personal se acerca al tiempo colectivo de la Tierra, existe una serie de mecanismos en obra, en cada uno de ustedes, encarnados. Este proceso se realiza conjunta y sucesivamente, de lo que se llamó el Paso de la Puerta Estrecha, el Paso del ego al Corazón, Crucifixión y Resurrección, el Paso de la Merkabah individual a la Merkabah Colectiva (realizada desde hace más de un año, pero en Conciencia individual). En este período particular, soy el Arcángel que pone fin a las contingencias de la materia, de sus leyes, y de sus normas. Permitiéndoles descubrir, siempre más, una nueva Conciencia. Desembocando para ustedes, en una vivencia de cosas nuevas, escapando a los condicionamientos habituales de la vida, tal como son en este mundo. Mi Presencia y mi planteamiento se inscriben en este proceso de Paso del tiempo individual al tiempo colectivo: Paso del ego al Corazón, tampoco como conciencia personal (individual, si prefieren), sino como conciencia colectiva, nacida de las proyecciones colectivas de las Conciencias encerradas en una realidad parcelaria, llamada el mundo (por ustedes).

Previamente voy a expresarles una serie de generalidades con respecto a la curación. Para hablar de Curación, en el mundo en el cual están, y conseguir la Curación como elemento que les permite sanar, de manera definitiva, de lo que llamaría un conjunto de proyecciones, creencias, condicionamientos, vinculados al encierro del alma y la personalidad en un determinado número de leyes particulares.

Habiendo alejado de la Conciencia la posibilidad y la percepción de su Realidad (más allá de esta Dimensión donde están), que se lo recuerdo, del Espíritu, en su aspecto Ilimitado: sin límites, sin dificultades y sin leyes.

El conjunto de la personalidad está condicionado por un conjunto de leyes. Estas leyes son resultantes de lo que se llama el cuerpo de deseo, correspondiendo a un principio. Este principio es fundamental, porque es el que debe desaparecer de vuestra Conciencia, de vuestra vida y de este mundo. La personalidad (tal como la viven) se define por un conjunto de resistencias, de adhesiones a una serie de principios y leyes, derivándose directamente de lo que llamamos, unos y otros, principio de encerramiento. La conciencia humana, limitada, concibe la vida como lo que se inscribe entre un momento preciso (llamado nacimiento) y otro momento preciso (llamado muerte). En este espacio de tiempo limitado en el cual evoluciona la conciencia, en un determinado número de leyes vinculadas al cuerpo de deseo, la palabra maestra es: resistencia. Porque el conjunto de los elementos que tienen que concientizarse y manifestarse, son todos sin excepción, resultantes de mayores o menores resistencias a la Luz. A la Luz, por supuesto, que no es de este mundo. El principio de resistencia y oposición (o principio de confrontación) se inscriben en los cuadros precisos del nacimiento y la muerte. En un cuerpo de deseo, elaborado por múltiples experiencias (familiares, empresariales, consecuencias de memorias, de lo que llaman (vuestras vidas pasadas), este cuerpo expresa una serie de resistencias, salidas de campos de conciencia, que vienen del pasado o del exterior, como normas, creencias, condicionamientos (resultantes de la sociedad actual o de sociedades pasadas o futuras).

Existe, por medio de este cuerpo de deseo y estas resistencias, fuertes condicionamientos a los cuales la conciencia se somete. Haciendo que, a partir del nacimiento y hasta la muerte, un principio va a expresarse, en toda vida (humana como no humana). Este principio, llamado resistencia, puede llevar múltiples nombres: puede ser similar a un principio de falta, o similar a un principio de competición y depredación. La característica esencial de este cuerpo de deseo, más allá de su limitación, es justamente no conocer, que ya se nace con el principio, mismo de Ilimitación. Este cuerpo de deseo, va a expresar (en el lapso de vida entre el nacimiento y la muerte) una serie de elementos, que están en resonancia (de alguna manera) con este principio de falta, de resistencia, competición o depredación. Como humano, el conjunto de vuestros condicionamientos (creencias, experiencias matriciales, como leyes de karma) se aplican en el mundo en el cual están. En lo que llaman un cuerpo físico se expresan, a veces resistencias más fuertes, resistencias que pueden (generalmente) inducir, a un proceso llamado: envejecimiento y a la muerte misma.

Pero, con frecuencia aparecen enfermedades (RAFAEL pronunció claramente la palabra: enfermedad, viniendo a enfrentar la conciencia limitada a las consecuencias de sus propias acciones, y de sus reacciones.

En toda enfermedad o cristalización, existe un principio causal que encuentra su fuente en la propia limitación (la no satisfacción de un deseo o herida de un pasado). Todo ataque a este cuerpo físico, en la estructura del cuerpo de deseo, tiene una explicación lógica (racional, como ustedes lo entienden): tanto fisiológico, como psicológico, kármico, mental, o emocional. El cuerpo físico (como el cuerpo de deseo) va a expresar, en su presencia transitoria sobre este mundo, una serie de tensiones, oposiciones, resistencias, y en consecuencia, lo que llaman: enfermedad. La búsqueda del ser humano tiene por objeto manifestar una conciencia, en este cuerpo de deseo, con la menor resistencia o sufrimiento posible. Esa es una búsqueda. Esta búsqueda se inscribe en los cuadros y dentro del límite de este cuerpo de deseo, como en el cuerpo de deseo del conjunto de los que están encarnados, y de las leyes que se manifestaron, establecieron o crearon.

La curación busca encontrar una causa, en este mundo (personal o colectiva), como elemento que debe comprenderse, superarse y trascenderse. Ahora bien, la vida sobre este mundo, desde el nacimiento de ese cuerpo que habitan y hasta su final, no puede manifestarse sino a través de un principio de resistencia. Por lo tanto, curar sólo es posible en este mundo, con la supresión de una resistencia, de un condicionamiento, de una depredación, o de un incumplimiento (a una ley de este mundo). Así, la conciencia limitada e inscrita en el cuerpo de deseo, va siempre (en todos los mecanismos vitales, y sobre todo cuando hay enfermedad) a pasar por mecanismos sucesivos (de manera temporal) llamados: análisis, síntesis e integración. Una señal aparece (dolor o sufrimiento) en un lugar preciso del cuerpo (o de otro cuerpo que el cuerpo físico, pero siempre en el cuerpo de deseo). El análisis de lo que se vive, conducido a una síntesis (o si prefieren, a una explicación) destinada a encontrar, en este mundo, los elementos (naturales o no) que vienen a hacer desaparecer una resistencia, cualquiera que sea (o, una cristalización, no importa cual), en el cuerpo físico, como en lo que llaman cuerpos sutiles (que pertenecen todos al cuerpo de deseo).

Así, la curación, en Esencia y según este principio, no puede ser sino transitoria, puesto que en definitiva, este cuerpo de deseo (como ya se sabe) es perecedero. Es en este concepto de efímero y de perecedero, que el ser humano va a inscribir, en definitiva, y de manera sistemática, su búsqueda. Apoyándose a veces, en sus ideas, en sus conceptos, en sus deseos, sobre algo inaccesible, llamado Realización espiritual, también llamado Luz, o llamado Amor. Se trata de una idea, concerniente a algo que no es parte integral del mundo donde ustedes están, que sin embargo, posee como adecuación y como ecuación que debe solucionarse, con el fin de manifestar lo que se llama: la salud. Cualquier planteamiento inscrito en el cuerpo transitorio (cuerpo físico, cuerpo mental, o cuerpo astral) contempla, y tendrá por objeto siempre, encontrar lo que se llama las líneas de menor resistencia, es decir: estados donde la conciencia ya no es afectada por dolores (o por señales) que le impiden evolucionar en las leyes, habituales, de este mundo sobre el cual están.

Algunos Ancianos les transmitieron elementos, llevándoles quizá, a considerar que no siendo este cuerpo (físico, o de deseo), es pues totalmente plausible que todo desequilibrio (llamado enfermedad, resistencia o cristalización, presente en uno de estos cuerpos de deseo) se inscriba, también, en la misma Ilusión. Les pido reconsiderar que, si no son este cuerpo, menos aún pueden ser, cualquier identificación a un sufrimiento, o un desorden presente en uno de vuestros cuerpos de deseo. Sabemos pertinentemente que la lógica, fisiológica, de estos cuerpos de deseo los lleva a expresar y a manifestar (durante este paso efímero, que llaman vida) una serie de desequilibrios, haciendo por esencia, parte misma de este mundo. Este desequilibrio, que llamé resistencia, va a encontrarse como una dificultad de dejar incluso pasar, lo que restaría de una Luz que viene de alguna otra parte. La resistencia es pues (hasta cierto punto), en este cuerpo de deseo, una zona de Sombra, reforzando la resistencia vinculada a éste cuerpo. Esta zona de Sombra, por principio de Dualidad, va a requerir un alumbrado. Que este alumbrado se sitúe en lo que llaman la química de la célula, la biología, la energía, o de cualquier otra cosa, situada sobre los cuerpos de deseo invisibles (sufrimientos, heridas kármicas), él se inscribe innegablemente en el mismo proceso de resistencia, manifestándose por una zona de Sombra.

Los de entre ustedes que teniendo acceso, de una forma o de otra, al Êtreté (presentes, hoy, o en tiempos más remotos de la historia de este mundo), les transmitieron, que la curación era tan Ilusoria como lo que llaman la salud. Porque no siendo este cuerpo y viviéndolo, pueden aún menos ser cualquier alteración de una Ilusión, que los remite a otro nivel de Ilusión. Por lo tanto, la estructura misma de los cuerpos de deseo les hace considerar, como real, una zona de resistencia, porque se manifiesta a la conciencia, e invade la conciencia misma limitada, para limitarla más aún. Esta clase de situación y estado (de una forma o de otra) es parte integrante de lo que llamo las contingencias de esta materia, en la cual están.

Nadie puede escaparse de allí. Así como nadie puede escapar a la muerte: no viene el espíritu de nadie, presente sobre esta Tierra, a negar que existe un principio y un fin. De la misma manera, que para un sufrimiento, existe un principio y un fin, que éste fin se termina por la muerte o por la cesación de la resistencia, cualquiera sea el medio empleado, y cualesquiera sean las causas encontradas (sobre algún otro cuerpo de deseo más sutil o en una sucesión llamada karma).

El proceso Alquímico de Translación Dimensional (que están manifestando y viviendo) los lleva a que reconsideren el lugar de este cuerpo de deseo, y el lugar de la Conciencia (la vuestra), con relación a la Luz, con relación a lo efímero, y con relación a lo Eterno. La Curación de la que les hablo, es en realidad, la Curación del proceso mismo de la resistencia. La resistencia se inscribe a partir del nacimiento y hasta la muerte, en este mundo. Porque ilustra los principios de la Dualidad, cualquiera que sea la expresión de esta Dualidad: que eso sea en conceptos de bien y mal, o a nivel del concepto de complementariedad hombre/mujer (u hombre/hombre, o mujer/mujer), o a nivel de todo concepto de la sociedad (cualquiera que sea esta sociedad, en el sentido que lo viven y lo entienden). El expremecanismo de la resistencia no puede existir, sino a partir del momento en que se expresa un principio de causalidad (o de acción/reacción) como el único valor sable en este mundo. Este principio de causalidad (explicado, a nivel espiritual, por el karma) encuentra también su justificación en la existencia misma de la materia de vuestros cuerpos, a través de la biología, a través de las leyes físicas (como la gravitación) y todos los principios que conocen y nombran como límites.

Existe, para el ser humano, un programa de vida, como para los animales, cualesquiera que sean. Y ninguno puede escaparse, en este condicionamiento, a su programa de vida. Así, el espíritu de un cuerpo de deseo humano, no lograría volar, porque no está equipado para eso. No llegaría el espíritu de un cuerpo de deseo humano, a respirar con sus pulmones, bajo el agua (cosa habitual para un pez, así como volar es habitual para un pájaro). Entonces, las características de la conciencia, obedecen a un programa de vida resultante de resistencias específicas y hacen que la conciencia que vive en un cuerpo de deseo manifiesto, en función de los elementos constitutivos, una adecuación a un medio o a otro. Este medio puede entenderse como elemento, pero también como emocional, social, educativo, condicionante, religioso, espiritual, filosófico u otro.

Lo que debe vivirse, les hace pasar (y es lo que viven, actualmente) de un mundo de resistencia a un Mundo de Libertad, de un mundo donde existe la acción/reacción permanente (tanto en los actos, que en los hechos observables por la ciencia) a un Mundo donde la única Ley es la Acción de Gracia, es decir, donde el principio mismo de la resistencia no puede existir. De la resistencia se deriva (más allá del encerramiento) la limitación, la opacidad, la no trascendencia, y sobre todo, este elemento que llamé búsqueda. Haciendo, más allá de toda comprensión, concebir a la conciencia encerrada, que existe una insuficiencia. Ahora bien, esta insuficiencia va a buscar colmarse, generalmente, en este mundo, a través de un ser amado, a través de la prosecución de un objetivo, a través de la proyección de una serie de condicionamientos. Prorrogando la Libertad a otro mundo, a un más allá (a través de ideas, de conceptos, de adhesiones a principios, en un salvador exterior) donde todo es liberado. Por supuesto, no es el caso, puesto que la conciencia vuelve, incansablemente, mientras exista el menor cuerpo de deseo. ¿Entonces, cómo concebir, con carácter individual como con carácter colectivo, cualquier liberación de este cuerpo de deseo, puesto que éste es parte involucrada, incluso, de la confrontación, y de la resistencia a la luz?

Un principio, exterior a este mundo, comenzó a penetrarlo, en lo que llaman los años 80: efusión de la Luz, nuevas Partículas, viniendo, poco a poco (diría, de manera insidiosa, pero ahora mucho más obvia), a modificar la propia conciencia, para que esta conciencia modificada, pueda a su vez, modificar el mundo y el cuerpo de deseo. No por algún deseo, que no haría más que reforzar dicha resistencia, ya que lo que se opone se refuerza, en la acción/reacción. Este Principio de Luz Vibral (así llamada) va pues a desencadenar mecanismos, sobrepasando por lejos los habituales del cuerpo de deseo y las resistencias, inscritas en la presencia de éste cuerpo, sobre este mundo. Cualesquiera que sean los nombres que se hayan dado (Claves Metatrónicas, Puertas, Estrellas, Chacras, Coronas), hemos de sobra (por lo que se refiere a los Arcángeles) denominado en este Mundo: Vibración, y a esta Luz: Vibratoria. Porque da (y puede dar) la impresión inicialmente, de enfrentarse al cuerpo de deseo. El objetivo no es enfrentarse, ya que la Luz no se enfrenta jamás, se instala y se despliega como una evidencia, porque la Acción de Gracia, no tiene nada a hacer con la acción/reacción. La conceptualización y sobre todo, la percepción de las Vibraciones, es el elemento que se dio a la Humanidad (y a los de entre ustedes que viven los efectos) de manifestar, de una forma o de otra, una Conciencia diferente de la conciencia de resistencia. Aunque, efectivamente, las primeras penetraciones de Luz, en el cuerpo de deseo, puedan expresarse como dolores o, en todo caso, como señales viniendo a interrogar a la conciencia, sobre el sentido de lo que se percibe y se vive. Pero la respuesta no es de este mundo.

Progresivamente, se les condujo a la Puerta Estrecha, por la Vibración misma de la Luz, llevándoles a prever la Curación como un cese de toda resistencia, es decir, de todo cuerpo de deseo, cualquiera que sea (mental, emocional, físico o causal). Esto se traduce por primicias, síntomas, que son precisamente los que viven (muchos de ustedes) en vuestros períodos de Alineación, y los períodos de Comunión, donde no existe ya, precisamente, resistencia. En ese caso, el cuerpo de deseo cesa toda actividad, así sea temporal. No hay más percepción del cuerpo, ni más percepción de emoción, ni más percepción de la mente. Y aunque el mental se percibe, en ese momento, se vive no como resistente ni oponiéndose a la Luz: es decir durante algunas de vuestras Alineaciones, la Vibración presente (lo constatan) no impide la expresión del cuerpo de deseo, o en todo caso, la superposición con la expresión de una de las partes de éste cuerpo. En ese momento, viven la experiencia de que existen, realmente dos Estados profundamente diferentes en vuestro cuerpo: un estado de resistencia, y un estado de Abandono. El principio mismo de Abandono a la Luz (en gran medida desarrollado por el Arcángel ANAEL, durante las Bodas Celestiales) recurre a este concepto de abandono de las resistencias, que se traducen por una desaparición, más o menos rápida, más o menos progresiva, de este cuerpo de deseo.

El mecanismo de la Disolución (o Translación Dimensional) es exactamente, lo que viven, en los momentos en que la Vibración se apodera del cuerpo de deseo. No para matarlo, sino más bien, para permitirle Ascender a una banda de frecuencias donde la resistencia no tienen ya curso. Donde el principio de competición, depredación y falta, no puede existir más, porque desde ese momento, viven lo que nombran la Unidad (o el Corazón, lo que es la misma cosa). A partir de ahí, existe un mecanismo de aclimatación. Este mecanismo de aclimatación, que llamaré Obra al Blanco, les hace salir a este cuerpo físico, y sobre todo al cuerpo mental, de todas las concepciones y percepciones provenientes del mundo en el cual se proyectaron, y donde fueron proyectados. Entonces, harán por ustedes mismos, la experiencia del Êtreté, la experiencia de la Unidad, validando (hasta cierto punto) todo lo que viven. Ya que tomarán conciencia, de la misma forma que una conciencia, entre la vida y la muerte, puede a veces pasar a lo que llaman el otro lado, es decir la matriz astral, donde no existen más cuerpos, pero donde sí existe aún un cuerpo de deseo, puesto que allí en la luz, hay prójimos desencarnados, hay ángeles que pueden acogerlos: esos ángeles y estos seres desencarnados son parte integral de lo que llaman la matriz.

La única manera de romper el encierro fue, efectivamente, hacer penetrar en este cuerpo de deseo, de este universo matricial limitante y encerrante, una serie de elementos de Luz Vibral. Permitiendo concientizar, con carácter individual y sobre todo colectivo, otro estado de la Conciencia, que no tiene ya nada que ver con las leyes de resistencia y las leyes del encerramiento. Ya que todo lo que no se vive, no es más que una idea. Ya que todo lo que no se vive, no es más que un pensamiento. Ninguna idea, ningún pensamiento, ninguna concepción o ninguna percepción, de este mundo, pueden hacerles salir de este mundo, de un lado como del otro. La ruptura del encierro correspondió (como eso ha sido dicho), por la Acción del Cónclave Arcangélico, de los Ancianos, de las Estrellas, y también por vuestra Acción, que consistió inicialmente en disolver (de manera no total) las barreras del encierro entre el cuerpo físico, el cuerpo astral, el cuerpo mental y el cuerpo causal (el vuestro, como el de este Sistema Solar). Llevándoles gradualmente, o más menos rápidamente, a vivir la experiencia de la Vibración. Llevándoles a establecer vuestra Conciencia más allá de los campos de percepción habituales, llamados lo energético, mental, y emocional. El resultado es que, hace algún tiempo, realizaron un trabajo notable, que fue anclar la Luz sobre este mundo. Y de permitirle difundir, no solamente en el núcleo cristalino de la Tierra, sino también en el manto terrestre, es decir, en el conjunto de las capas que estaban encerradas y resistentes.

La Liberación (de la Tierra, el Sol, y vuestro cuerpo de deseo) se traduce en un mecanismo de extensión de la materia. Puesto que la materia, en el sentido que lo dicen, no será ya separada, ni limitada por fuerzas de resistencia, depredación y competición. Eso se traducirá (por supuesto, y ustedes lo saben) y se traduce ya, en modificaciones considerables, de la Tierra, el Sol, y el Hombre. El cuerpo de deseo desaparecerá enteramente, para los que lo desean, por su propia Vibración. Hablo de anhelos, no de voluntad, puesto que el deseo forma parte del cuerpo de deseo, sino más bien por una Atención y una Intención de establecerse en los Campos Unificados de la Conciencia.

Entonces, se ha realizado una serie de Obras Alquímicas: Obra al Rojo, Obra al Amarillo, Obra al Negro, Obra Azul, y por fin, la Obra al Blanco. Es exactamente eso que vive, a su manera, vuestro cuerpo de deseo. Es de esta alineación, entre el cuerpo de deseo limitado y sus distintos componentes, y el Cuerpo de Êtreté (resintetizándose, por el Despliegue de la Luz sobre las Puertas, idéntico al que está en el Sol), que puede progresivamente colocar, desplazarse, o transportar, vuestra Conciencia, del cuerpo de deseo al Cuerpo de Êtreté. No pueden, con cualquier deseo, o cualquier voluntad, salir del cuerpo de deseo. Porque lo que se opone, se refuerza. La Gracia no era de este mundo. Ustedes la desplegaron, porque la Gracia vino a visitar a la Tierra, porque eso se produce (así como lo saben quizá) en un determinado número de ciclos. La diferencia principal con relación a los otros ciclos, es que más nunca, este Sistema Solar podrá volverse a cerrar y encerrarse sobre sí mismo. Nunca más, podrá manifestarse cualquier cuerpo de deseo, individual como colectivo. Eso se llama, y se nombra, la Ascensión de la Tierra en los Nuevos Espacios de Vida.

Ustedes cambian, individual y colectivamente, de gama de frecuencias. Hay una ampliación y un despliegue de la Luz, permitiendo a esta materia transmutarse, y al conjunto de los cuerpos de deseo, de desaparecer, enteramente.

Este momento no ocurre aún, porque debe acompañarse de lo que llamaría primicias, que les han sido dadas por Arcángeles (otros, no yo) durante todos estos años. Sin embargo, la casi totalidad de la Disolución de vuestros cuerpos de deseo individuales, casi se acaba, haciendo posible el Paso del tiempo colectivo de la Humanidad, de manera extremadamente cercana. Eso no depende de ustedes, Humanos. Eso depende del cuerpo de deseo de la Tierra, y del cuerpo de deseo del Sol, puesto que el Sol (así como se había dicho) debe desposar a la Tierra, a través de una Radiación profundamente modificada. Este proceso está en curso. Este proceso se traduce, sobre todo, a través de vivencias y vuestras experiencias. Llevándoles a verse con Claridad, para vivir la Transparencia, para vivir la Unidad, la Simplicidad, para volver a ser un Niño, virgen de todo concepto, de todo precepto, de todo condicionamiento, de todo elemento viniendo a perpetuar el cuerpo de deseo o el cuerpo de resistencia. Pasan, por lo tanto, del cuerpo de deseo al Cuerpo de Êtreté, de una resistencia que está vinculada a la Dualidad (del conocimiento, de la explicación) al Cuerpo de la Unidad (donde no existe más resistencia, ni más oposición), que se llama el Cuerpo de la Gracia. Dicho de manera un poco diferente, muy exactamente, lo que tienen que vivir, ahora.

De vuestra capacidad de resistir, en este cuerpo de deseo, vivirán un Abandono y una Renuncia, tanto más grande, cuanto que vuestra personalidad no encontrará nada a expresar, en el proceso que es vivido por vuestra Conciencia. Por supuesto, en la personalidad (aún presente, mientras vuestro cuerpo de deseo físico está aún presente sobre este mundo) pueden expresarse miedos, sufrimientos y reticencias. Pero éstas las constatan por ustedes mismos, porque hicieron la experiencia: cuanto más la inmersión en la Luz Vibral sea real y vivida, menos las resistencias estarán presentes, más vuestra vida se establece (como se dijo) según los principios de la Unidad, de la Fluidez, de la Unidad, de la Sincronicidad.

La Unidad no es un concepto. La Unidad no es una idea, y aún menos un deseo. Es un estado de Ser, que se realiza cuando las resistencias no pueden arrastrar más ni sufrimiento, ni enfermedad. En ese momento, no se identifican ya, ni a este cuerpo de deseo, y aún menos a estas Ilusiones, creadas o mantenidas por resistencias persistentes, cualquiera que sea el origen de estas resistencias persistentes. A partir del momento en que vuestra Atención y vuestra Conciencia se transfieren, cada vez más fácilmente, en la Luz que viven en vuestras experiencias, ustedes constatarán, entonces, la desaparición de toda zona de resistencia, cualquiera que sea su presencia en un cuerpo de deseo. No son ustedes quienes actúan, pero es (como se dijo eso) el principio de la Inteligencia de la Luz y de la Gracia de la Luz. Les corresponde, a cada uno, hacer la experiencia de la Acción de la Luz en vuestras vidas, y en vuestros cuerpos de deseo. Porque la Luz es el Agente Alquímico de la Obra al Blanco, que ahora está a vuestra puerta. La Luz, vertida desde una serie de lugares (así podemos llamarlos, para ustedes: sea la Radiación de Alcione, del Sol Central, o que eso sea la Radiación de Sirius A, o la Radiación del Sol, que sea vuestra Radiación, la Radiación del Cónclave, de las Estrellas, de los Ancianos o del conjunto de la Confederación Intergaláctica de los Mundos Libres) hace posible, hoy, el cese de toda resistencia con carácter individual y próximamente, con carácter colectivo. En algunos momentos, conduciré y participaré en vuestra Alineación de las 19hs. permitiéndoles experimentar la ausencia de resistencia a la luz. Si tenemos la oportunidad, el tiempo, y si existe en ustedes, interrogaciones sobre lo que acabo de estipular, quiero responderles.

Pregunta: ¿Toda resistencia del cuerpo físico tiene una causa determinada?

Toda resistencia es causal. Eso no quiere decir que viene necesariamente de una vida pasada, pero expresa de alguna manera, una resistencia. Esta resistencia no tiene que hacer pensar en cualquier culpabilidad, puesto que, cualquiera que sea la enfermedad inscrita en un cuerpo de deseo, no hace más que traducir una Ilusión, añadida a la Ilusión. Existen pues mecanismos, en resonancia con la Luz, que les permite desacoplarse del conjunto del cuerpo de deseo y el conjunto de las alteraciones de éste, es decir; hacerles pasar de la resistencia al Abandono. Eso no se traducirá, necesariamente, por la desaparición de la resistencia en cuestión, en esta ilusión, es decir, de esta enfermedad. Pero permitirá entonces considerar, porque eso se vive como la Verdad que este cuerpo no es la Conciencia, y que la enfermedad presente que afecta a este cuerpo, es menos aún la Verdad de la Conciencia. No es una vista del espíritu, no es una negación de la enfermedad, sino una transformación radical de la Conciencia. ¿Son ustedes ese cuerpo? ¿Son la enfermedad, cualquiera que sea? El Abandono a la Luz no se plantea ya en términos de saber si tal o cual enfermedad va a curarse, porque lo que quiere sanar es necesariamente el cuerpo de deseo. El Cuerpo de Luz (o el Cuerpo de Êtreté) no tiene nada que hacer del cuerpo de deseo, como tampoco la Ilusión en la Ilusión. Entonces, el proceso de delimitación, y de fin de limitación de la Conciencia, va a traducirse por una salida de los mecanismos de limitación de este cuerpo de deseo. Entonces, lo que es importante no es tanto la curación, en el sentido como lo conocen, con relación al cuerpo de deseo, sino la Curación de la propia Conciencia, que sale completamente, de su limitación. Todo lo que llega a este mundo, allí donde están, es causal, porque todo lo que llega se inscribe según el principio de la acción-reacción: muerte, nacimiento, y vida en este mundo. Toda acción (y lo saben) implica una reacción. Lo que no es el caso en los Mundos del Espíritu, bien al contrario. Poner como fundamento que las Leyes de la Vida son las leyes de esta vida, es un error magistral.

Pregunta: ¿Existirá un cuerpo de deseo sobre la Nueva Tierra?

No, eso es imposible. La Luz es Completitud, no conoce la incompletitud. La Conciencia establecida en la Luz es Libre, no localizada espacialmente, no localizada temporalmente. No hay ya pues ninguna necesidad de un cuerpo de deseo, sobre esta Tierra. Por el contrario (y como lo dijimos), cada uno es Libre, totalmente, sobre este mundo, de mantener un cuerpo de deseo, pero no será sobre esta Tierra.

Pregunta: ¿Cuándo se emite una intención, eso implica el cuerpo de deseo?

No, es necesario diferenciar bien el deseo (o la voluntad) y la Intención. La Intención es un acto, puesto en Espíritu. A partir de ese momento, no hay ya más a interesarse, porque es la Inteligencia de la Luz que lo concretará (ni la voluntad, ni el deseo). Mientras están sometidos, o expresan un deseo (fuera el más legítimo, en este mundo), no están en el Abandono a la Luz. La Curación que llega es la Curación del conjunto del cuerpo de deseo. Pero la Curación del cuerpo de deseo no es el mantenimiento de un cuerpo de deseo, sino su Disolución.

No tenemos más preguntas, le agradecemos.

Bien-amados Hijos de UNO, estaré pues en ustedes para acompañar en la Alineación. Les transmito Gracia y Unidad, de Conciencia a Conciencia. Les digo hasta la próxima.
 
Original en francés

http://www.autresdimensions.com/
Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
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Traducción: Hedyn Núñez